La pandemia de COVID-19 está planteando la necesidad de detectar el virus en superficies y objetos. En este post, comentamos las posibilidades existentes a la hora de detectar el SARS-Cov2 en estas situaciones.
Tras los atentados en EEUU el 11 de Septiembre de 2001 se desencadenaron múltiples psicosis colectivas, y entre aquellas las enfocadas al riesgo a contaminaciones o intoxicaciones masivas perpetradas por los mismos actores que habían intervenido en los actos terroristas de Al Qaeda.
En las semanas siguientes todos los que nos dedicábamos al negocio del laboratorio recibíamos ofertas de fabricantes, por entonces todos estadounidenses, para la detección rápida de patógenos especialmente graves para los humanos, y especialmente el Ántrax. Nunca llegué a saber si esos test rápidos ya existían previamente a la crisis del 11S o si se desarrollaron en tiempo récord para asistir a un mercado que se abría de manera insospechada.
El Ántrax o Carbunco (Bacillus anthracis) es una bacteria típica en animales pero se propaga muy fácilmente y ataca también a los humanos, y tras el 11-S se recibieron en EEUU algunas cartas con esporas del patógeno y murieron 5 personas.
Un screening rápido de virus en superficie es imposible, y la determinación de la especie es ciencia ficción
Esa crisis pasó, y volvieron otras. Hoy la pandemia del COVID-19 ha vuelto a plantear la posibilidad de detectar patógenos con test rápidos, pero en este caso el agente es más complicado de detectar, un virus.
Nos llaman algunos clientes solicitando información que les permita un screening rápido en superficies, mobiliario, zonas de trabajo, vestimenta. Como es sabido, un screening rápido de virus es imposible, y la determinación de la especie, de ciencia ficción.
¿Qué opciones manejamos para la detección del virus en superficies?
- Sistemas de toma de muestras con hisopo y posterior RT-PCR: el hisopo permite muestrear superficies de forma fácil, y el kit de extracción de ARN y posterior RT-PCR para detección de SARS-CoV-2 permite detectar presencia y cuantificar el número de copias del material genético. Akralab optó desde el principio por los kits VIRSeek para este propósito, requieren una primera fase de extracción de ARN y una ulterior de cuantificación en termociclador.
- Sistemas de detección de materia orgánica viva o restos biológicos:
a. Bastoncillos de análisis de proteínas en superficies: la tecnología Cleantrace reacciona al contacto, y permite medir la presencia de proteínas, una biomolécula claramente identificativa de materia orgánica, y en general suciedad residual.
b. Sistemas de detección de bioluminiscencia: consisten en hisopos que detectan la presencia de ATP o ATP/AMP, la moneda energética de las células, y por tanto indicativo claro de microorganismos. En Akralab apostamos por Lucipac del fabricante Kokiman. Es necesario igualmente disponer de un luminómetro, como el Lumitester, para detectar una reacción luminiscente acoplada a la desintegración del ATP.
Hay pocas opciones más. Hay bastoncillos medidores de otras bacterias importantes en Industria como la Listeria, pero medir virus con test rápidos es imposible, dada la escasa cantidad de material genético y proteico del que constan y su carencia de metabolismo. Solo se puede verificar que hay restos de SARS-CoV-2 o de cualquier otro virus por medio de la PCR, método que no puede ser “rápido” entendido como tales a los basados en la aparición de una banda, cambios de color o medidas de señales fotométricas o fluorescentes.
Si pensamos que la suciedad de origen biológico permite colegir que podría llegar a haber virus, entonces la medición de ATP con un luminómetro sería una opción.
Hay en la actualidad equipos de PCR con concepto POCT (Point of Care, en el punto de uso o Urgencias) que son capaces de dar un resultado compatible con presencia de SARS-CoV-2 en media hora, sin embargo faltan protocolos validados que combinen una toma de muestras similar al producto VIRSeek con los protocolos de cuantificación de virus con un PCR POCT, por ejemplo, iPONATIC. Este sería un sistema rápido de confirmación de SARS-CoV-2 en superficie, y cómo no, el único “método rápido” por así llamarlo, para el virus en ese mismo medio.